Pintura-Objetos-Instalaciones // EUGENIO RABORG

Es una tarde más, una gris tarde salpicada de garúa en todas partes. Busco el lugar, un lugar, un espacio donde el arte se detiene en el tiempo, en un periodo estático. Doy vueltas en el auto y encuentro una pequeña casa blanca con un cartel y una puerta de vidrio.¨La Galería¨, es aquí, estaciono; un amigable conserje me abre la puerta de vidrio, una vez más el arte acaricia mis ojos y me inspira a escribir una nueva crónica.


A Eugenio no lo conocía hasta ese momento, pero gracias a la obra aprendí de él un nuevo concepto de la reflexión sobre nuestra existencia, sobre lo minimalista, sobre la simpleza de las cosas y la belleza de lo simple.

Entre y un pequeño pasadizo me conduce a dos salas, la principal a mi mano derecha, donde 9 de sus obras me venden un boleto de ida al fascinante mundo del arte.

En esta sala hay cinco repisas, unas en madera, piedra pulida y botellas de plástico recicladas, con formas geométricamente perfectas, esferas, cilindros, que invitan a fotografiarlas, a admirarlas, a tocarlas. Además de tres lienzos de gran tamaño y rigurosa pintura óptica explotan nuevamente las figuras geométricas con colores vivos en fondos oscuros y fríos.


Su pasión por la tecnología y el microcosmos de los artefactos cotidianos, unida a un fino sentido del humor y un manejo increíblemente elegante de la ironía, muestra un lenguaje artístico muy personal que no sólo queda plasmado en sus telas, sino también, y de manera muy especial, en sus "Cajas".

Estas ¨cajas¨ contienen un mundo de reclamos, de posturas, de creencias. Como aquella llamada ¨OZONO MIO¨ una sorprendente recopilación y reciclaje de 50 aerosoles aproximadamente, encerrados en una urna de plástico etiquetada con el nombre antes citado. Así pues expresa su malestar y su voz de reclamo hacia la contaminación ambiental.


Y así pasamos a la siguiente sala cruzamos el pasadizo pero antes de entrar a esta última sala una nueva repisa capta mi mirada, una especie de bodegón compuesto por soportes de roperos y muebles me traen el recuerdo de una justa de ajedrez, bañados en un rojo intenso y brillante.


Ya en la última sala encontramos dos nuevos lienzos de mediano tamaño, que siguen el concepto que ha marcado la trayectoria de Eugenio, la seriación y la repetición. Esta seriación y repetición se expresa además en sus repisas y bodegones valiéndose de elementos nuevos y reciclados para componer paisajes visuales únicos que nos remiten a la experiencia cotidiana, e invitan a reflexionar sobre nuestra existencia.

Las paredes blancas me traen tranquilidad, y me regresan al mundo de los vivos, el pasadizo me conduce a la luz, la luz de la calle de la siempre igual Lima, me despido del cortez anfitrión. La Lima gris que todos describen me está esperando. Subo al coche y siento que no soy yo, ahora soy más que ayer.



Por: Fernando Morales Ramos

Comentarios

  1. muy agradecido por tu visita,y poder compartir mi mundo contigo, un abrazo

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  2. He llegado hasta su artículo a través de la página web de este artista peruano en http://www.telefonica.net/web2/eugenioraborg/index.html
    Comparto sus opiniones sobre él, especialmente después de ver la ámplia muestra de su obra que aparece en la web.
    Saludos, El Arcángel

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  3. Gracias Don Eugenio por su comentario, el placer ha sido todo mio

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