Descripción



A-
Dejé el examen sobre el pupitre y corrí al auto, se había acabado un ciclo más en la universidad. En el Chevrolet me esperaba Sofía, Karen y Andrés. En el otro auto estaban Juan, Diego y Andrea con tres cajas de cerveza, dos vinos y un anisado. Nos fuimos a casa de Sofía. Tomamos toda la noche, tanto que el alcohol salía por nuestros poros, me dormí. Desperté y Andrea estaba sobre mi pecho desnudo, y ella, también.
B-
Crucé la calle cavilando, sin siquiera apreciar el semáforo. Llegué al paradero y seguía pensando. Ella no podía terminar de esa forma conmigo, ¿acaso salía con otra persona? Levante la vista para ver el autobús. Un taxi sobre para y el conductor me grita - loco-, mil recuerdos recorren mi cabeza. Reconozco ese rostro más regordete de lo normal y subo. “Carlos eres mi salvación”, rogué, imploré. Carlos aceptó y me llevo toda la tarde a seguir los pasos de Laura, mi bella ex amada.

C-
Crucé la calle cavilando, sin siquiera apreciar el semáforo. Llegué al paradero y seguía pensando. Ella no podía terminar de esa forma conmigo, ¿acaso salía con otra persona? Levante la vista para ver el autobús. Un taxi sobre para y el conductor me grita - loco-, mil recuerdos recorren mi cabeza. Reconozco ese rostro más regordete de lo normal y subo. “Carlos eres mi salvación”, rogué, imploré. Carlos aceptó y me llevo toda la tarde a seguir los pasos de Laura, mi bella ex amada.
D-
Rolando era un periodista pisoteado. Era la imagen del programa “Nuestro pueblo”. En la misma oficina yo redactaba para el noticiero. Esa tarde Julio y André entraron de forma prepotente. Julio era editor general y André gerente general del canal. Rolando saludó cordialmente como siempre y se encontró de lleno con una sarta de gritos he insultos por parte de estos personajes. Rolando siempre fue pisoteado, pero ese día se armó de valor, se acercó a André (el más jodido de los dos) y le propinó un derechazo que significó una firma con sangre de la renuncia a tanto abuso. Más tarde volvió al antiguo pupitre de la calle Belén.

E-
Desperté con la idea planteada. Un story board completo estaba dibujado en mi frente. Llegué al salón brillando de alegría, a nadie se le había ocurrido tal historia, mi spot sería el mejor. Pasé en limpio, hice un escueto brief, porque eso no era lo importante. Ajusté la corbata y salí a vender mi producto. Confiado, petulante culminé la exposición. El profesor me miró y me dijo: "No va". Sonreí. Sonrió y me dijo: “En serio no va”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El rastro de tu sangre en la nieve (Sintetizado)

Una lágrima

Pintura-Objetos-Instalaciones // EUGENIO RABORG